Se acerca el 15-M, San Isidro, y segundo aniversario de un movimiento que nació de forma espontánea y que marcó el inicio de los "indignados". Uno de los hombres humanistas que habían tomado como referencia este movimiento había sido José Luis Sampedro, fallecido recientemente y una de las pocas personas un poco conocidas públicamente que podríamos denominar como librepensador. (Otros son Bautista Fuentes, Gustavo Bueno, etc. Conocidos nada más en ciertos ámbitos intelectuales).
Dos años después, la vida de los españoles va a la deriva y no se ve horizonte alguno, pues algún día nos daremos cuenta que esta crisis no es económica, es moral. Llegamos al 27'1 por cierto de paro, algo que es insostenible para cualquier Estado (bendita economía sumergida deben estar pensando los que mandan). A pesar de todo, no escribo con la intención de repetir los tropecientos diarios y las tropecientas noticias sobre lo mal que van las cosas y lo bien que dicen en Bruselas que lo hacemos. Mi intención es hablar de la actualidad de los movimientos espontáneos semi-revolucionarios.
Hemos llegado a mayo del 2013, y no puedo evitar rodearme de gente de mi edad, a pesar de que a veces me resulta como darme de cabezazos con un muro. Los nuevos revolucionarios sujetan banderas y las ondean con fuerza como al que le dicen que su sitio en la mesa es donde esté la comida del perro. Esta gente que va de republicana, de anarquista o comunista, o incluso de las tres cosas a la vez, solamente me crea una profunda repugnancia por ellos, su ignorancia y la manía del ser humano en este maldito contexto histórico en el que vivimos de convertir absolutamente todo en una moda, en un producto.
De repente, entre los adolescentes y jóvenes se ha puesto de moda salir en primera línea de manifestación soltando clichés y frases de toda la vida como si fueran de su autoría. Dudo que la mayoría de estos pretenciosos pusilánimes se hayan leído el panfleto que les dice lo que tienen que pensar, por lo que aseguro que dificilmente han cogido un libro para enterarse qué maldita bandera sujetan con su ignorancia. Señoras y señores aspirantes a revolucionarios y líderes del humo, no sois más el concepto de "hombre masa" de Ortega y Gasset. Como comprendo que al leer esto incluso pensaréis que Ortega y Gasset son dos personas, tendré que explicar a nivel de producto lo que es un hombre masa, pero por favor, no leáis a Ortega, que no lo entenderíais. Un hombre masa, eres tú, que crees ser especial sin saber lo que ha significado para la historia lo que defiendes, que defiendes una moda rápida, creyendo tener algún tipo de moral, defendiendo la educación sin ir al instituto, defendiendo la justicia cuando ni siquiera sabrías explicar lo que significa para ti. Solo sois los nuevos niños mimados, que crecieron con todo y de repente dejastéis de jugar y de tenerlo todo y como niños pequeños os ponéis a quejaros cómo si supiérais de qué va el tema. Hace muchos años, en el franquismo, ya existían personas como vosotras, la diferencia es que a éstos que iban aparentando les ponían en primera línea para que recibieran los palos.
La revolución, el cambio, las manifestación, es ya oficialmente un producto entre los jóvenes. Hay muchos de ellos concienciados verdaderamente y con ganas de hacer realmente algo importante. El problema de los movimientos de masas es precisamente ese, que son de masas, y se apunta hasta los que no entienden nada y solamente quieren repetir eslóganes revolucionarios al ritmo que repiten eslóganes televisivos. Si me permitieran un consejo los jóvenes cultos, alejen a todos aquellos que no estén ahí más que para eso. Que la manifestación no se convierta en la nueva taberna donde se repite lo que se oye, convirtiendo a unos y a otros en calcamonías.
Volviendo a los jóvenes ignorantes, por favor, sé que creeis que sois trendy, guays, cool, que "moláis mazo" por ir a una manifestación, pero para la gente que se toma esto en serio sois un ridículo, y lo peor les dejáis en ridículo a ellos.
A pesar de todo, felicidades por esos dos años del 15-M intentando cambiar las cosas, y a los niñatos que intentan jugar a este juego, que vuelvan al parque a hacer botellón. Gracias.
Me alegro mucho de que tengas un blog y con propuestas interesantes, nos vemos en la nube y te enlazaré al mío.
ResponderEliminar¡Muchas gracaias! Haré lo mismo.
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