martes, 19 de febrero de 2013

LA NECESIDAD DE ORGANIZACIÓN Y COOPERACIÓN


La realidad del mundo actual se ha cernido sobre nosotros. Lo que creíamos como época dorada, no fue más que un espejismo, una mentira, fachada, un ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas. La crisis ya existía entonces, los buenos tiempos son buenos cuando se hacen las cosas lo mejor posible, cuando se realizan acciones que llevan a un objetivo óptimo, a un bien común, a un beneficio humano. Pero no, eso no ocurría en los primeros años de nuestro recién estrenado milenio. El dinero ya era motor de todo: las relaciones sociales, la educación, la salud, etc. El dinero como beneficio ya era lo común en los "buenos tiempos", solamente que ahora nos parece cada día más horrendo que todo se base en la rentabilidad económica, porque nos están urgando en la herida, porque nos están tocando a nosotros las consecuencias de esta manera de vivir, de pensar.

Hemos asumido que el Estado tiene la obligación de ser el salvador de las personas que viven en el mismo. Esto es estúpido. No se debe esperar a que el Estado nos cubra las espaldas, ni reclamar que lo haga. Parecerá una locura que me parezca una humillación la existencia del paro, de las pensiones (siendo pensionista, que conste), las ayudas, los créditos, etc. El Estado no es papá, no es mamá, no es una persona, no tiene alma, no existe de forma material, con lo cual no va a sentir dolor, pena, empatía, ni querrá conocer tu situación por muy desgraciada que sea. No existe una reciprocidad entre Estado y personas que lo conforman. Las personas pagan impuestos, mantienen sus estructuras, y aún así, es un acto de fe ultrareligiosa creer que tu esfuerzo será correspondido con una mano compensadora.

A pesar de que nos lo hemos tragado entero, y nos han convencido de que sabe bien, ahora nos ha dejado un regusto vomitivo insoportable, y vuelve, como en los años veinte del siglo pasado, la necesidad de reflexionar sobre qué hacemos mal, qué hay que hacer para mejorar la situación. Ante esto, se han establecido luchas dialécticas entre polos opuestos, y esto, sencillamente es tan vomitivo como lo anterior. Todo se ha convertido en una lucha entre rojos-fachas, politicos-pueblo, empresas-clientes, culpables-víctimas,...Si uno se molesta en levantar un poco la cabeza de su ombligo, comenzará a oler en el ambiente cierto aroma familiar. Un aroma a conflicto, un aroma a idealismo, un aroma a guerra, un tufo a fin.

Cualquiera que haya leído hasta aquí estará extrañado intentando colocarme en izquierdas o derechas (acabo de mencionar esta lacra en el párrafo anterior) sin saber exactamente qué etiqueta pueden colocarme. Y esto genera rareza, vacío, desconcierto. Pues bien, una vez explicado lo que considero errores, lacras, cangrena de la actualidad, es preciso proponer algo, no quedarse solamente en la queja, en la sátira, en señalar con el dedo lo que está mal, para señalar con otro dedo quién crees que podría hacerlo bien. Dicho esto, aquí van algunos planteamientos generales que serán desarrollados de manera más completa y extensa a medida que el blog vaya avanzando:

Necesitamos formación. No me refiero a una formación especializadora universitaria que pretende lanzarte al mercado de trabajo. Me refiero a una formación filosófica, una formación que nos permita la crítica y el análisis ante todo. A poco que adquiramos conocimiento, veremos que es posible una organización y cooperación al margen del Estado. Si uno lee obras como Germinal, de Emile Zola, puede ver las evoluciones de una revolución social típica del siglo XIX, pero puede extraer algunas ideas interesantes. En una parte de la novela, se pretende crear una Caja de Socorro para que, al ir a la huelga, hubiera un fondo que pudiera cubrir las necesidades básicas durante un tiempo. Pues bien, dicho esto, si uno expande esta simple idea a todos los ámbitos que hemos comentado al principio, puede tener una Caja de Socorro para los que se queden sin trabajo, una Caja de Financiación estudiantil para mantener escuelas autogestionadas y creadas por nosotros mismos, una Caja de Fondos para la manutención sanitaria propia, etc.

Lo que intento decir, es que dependemos de organizaciones ESTATALES, que perfectamente pueden ser creadas por personas con rostro, con alma, con empatía, por seres humanos en definitiva. Estas organizaciones serán mucho más puras, más efectivas, más horizontales. Horizontales en el sentido de que serán de trabajadores para trabajadores, de estudiantes para estudiantes, de enfermos para enfermos.
Quien ha creado las instituciones es el ser humano, el que ha creado el Estado es el ser humano, y el único que puede cambiar las cosas, que tiene capacidad para transformar nuestro entorno, es el ser humano, y como ser humano, propongo la creación de estos fondos.

Entiendo perfectamente la pregunta que puede venir a la mente tras esta reflexión: ¿Es de verdad importante la creación de nuevas organizaciones, teniendo las estatales ya existentes? ¿No generará la misma corrupción y manipulación?

Así pues, esto será contestado en la siguiente entrada, próximamente. Hasta entonces, dejo cada uno que piense sobre todo esto.

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